¿Colaborar? Yo Sí ¿Y tú?
Y por qué debo colaborar
Cuantas veces habremos oído comentar en algún lugar,
la palabra colaborar; esta está bien siempre que se trate de causas o cosas comunes
donde la convivencia entre todos los habitantes de una comunidad, no importa si
es pequeña o grande esa comunidad, los bienes generados por ella, son
compartidos por equitativamente entre todos sus habitantes en la justa medida.
Eso
significa que según la participación económica del colaborador, en cuanto a su
capacidad por colaborar suele ir unida a su peculio, no todos pueden hacer el
mismo esfuerzo en ese menester. Colaborar tiene muchos aspectos; eso puede
verse en la hacienda pública con lo recaudado en forma de impuestos sobre el
patrimonio, donde no siempre el que más tiene más participa.
La colaboración que este contribuyente
solitario solicita es muy distinta; es una colaboración que no implica
desembolso alguno, no le va a costar nada, eso sí, si él no quiere; cada
persona con su patrimonio puede hacer lo que más le convenga o crea
conveniente, nadie se lo va a impedir.
Esta
solidaridad está dirigida a personas si casi medios económicos los cuales si no
están en la calle, están a punto de hacerlo en muchas ocasiones la vida los ha
puesto ahí, a veces por culpa suya, otras por culpa del sistema. En ambos casos
no valen lamentaciones, a lo hecho pecho como se suele decir.
Buscar culpables ante hechos consumados poco
consuelo aporta, lo que quiere decir es que la vida continúa y lo mejor que una
persona a las que la vida ha desahuciado o está a punto de desahuciar, no solo
debe buscar colaboración si no que esa misma persona debe prestarla y volver a
la normalidad con todo lo que acarrea.
La fórmula:
Esta publicación solo busca eso, una especie de
colaboración mutua entre dos personas, en la cual aportas muy poco y recibes
mucho.
Supóngase
que una persona de tenerlo todo o casi todo, se ve de momento en la calle y su
único medio de vida es la pequeña ayuda que por lógica el gobierno está
obligado a darle, cuya cantidad solo le permite pagar una pequeña habitación en
lugares en ocasiones muy reducidos en cuanto a libertad y comodidad, en
ocasiones en alguna casa particular, eso con suerte y donde lo único que te
permiten es dormir en esa habitación, eso sí, sin causar molestias al resto de
los que habiten en esa vivienda. La comida no es un problema, pues existen
comedores sociales los cuales te solucionan ese problema.
Qué
ocurriría si una persona le ofrece o propone compartir una vivienda o un piso
humilde donde dispondría de una habitación, y compartiría el resto de los
enseres de dicha vivienda como si fuera su propia casa. Qué pensaría esa
persona que de la noche a la mañana vuelve a ser el propietario de su vida, de
su bienestar; pensaría que es un sueño, supongo.
Además con
la seguridad de compartir mesa y los gastos habituales de esa vivienda, como si
fueran colegas y amigos de toda la vida.
Esta es la
fórmula que pretendo implantar, unir a dos colegas de distintos sexos bajo un
mismo techo, pero en habitaciones distintas, cada uno con lo suyo en su propia
intimidad. Es posible adivinar, que la persona que está en condiciones de
aceptar un reto de esta índole seguro que es un solitario. El cual si tiene
familia seguro que pensara: (Familia y trastos viejos pocos y lejos.) pues seguro
que si tuviera una familia que le quisiera, no se encontraría en semejante
situación.
Tipos de colaboración
En la
actualidad, existen tantos tipos de colaboración que enumerarlos a todos seria
eterno, aparte de los impuestos establecidos por los gobiernos, existen algunas
ONG, casas de caridad todas nutridas por donativos “anónimos”, organismos estatales creados a tal
efecto para paliar las necesidades de los más necesitados, como las habitual,
comunidad de indigentes y personas sin techo tan habituales en las calles de
cualquier ciudad. Estas son las más usuales, estas suelen paliarlas los
ayuntamientos, en muchos casos ofrecen comedores y alberges por un tiempo
limitado. Lo cual esto está bien pero no son suficientes, existe una pequeña
parte de la población totalmente desatendida. Los indigentes y los que están a
punto de serlo.
El
problema de muchas personas que pueden optar a uno lugar como el expuesto, un lugar o vivienda solidaria,
suele ocurrir que tanto el huésped como
el propietario es que cuesta adquirir confianza. Es natural hoy día no te
puedes fiar ni de tu camisa. Es por lo que mejor antes el propietario debe
informarse antes del tipo de huésped que estas dispuesto a acoger en tu
vivienda.
No siempre
son compatibles huésped y propietario, además de que puedan ser compatibles las
costumbres de ambos.
La
seguridad de que cuenta con una pequeña paga de jubilación se puede considerar
una garantía para el propietario de que cumplirá parte del trato, por lo menos
es algo. El saber que tiene algún ingreso con el que contribuir a los gastos. Pues
el titular de la vivienda se supone que tampoco anda muy holgado cuando propone
este tipo de trato. El juntar los dos alquileres supone una garantía de que por
lo menos no quedan totalmente marginados y de vez en cuando pueden tomarse un café
en la tasca de enfrente y tal vez comprarse unos calcetines o unas medias.
La convivencia:
Convivir
con otro ser humano es harto difícil y más si no te une nada absolutamente nada
a él, sin haber tenido con él, nunca ni una simple y llana conversación.
Ignorando su modo y costumbres de vida, su forma de vivir con otro ser humano.
Eso, es muy difícil de comprender y de conllevar por ambos personajes, huésped
y propietario.
Aquí, en esta oferta de convivencia, una
pequeña prueba podría resultar positiva, consiste en comprobar el
comportamiento social de ambos, esto ayuda a solucionar posibles problemas
futuros.
La posibilidad obligatoria de convivir con colegas
y amigos de distintos sexos, suele favorecer a ambos y más si se trata de personas
de edades diferentes, en previsión de que puedan valerse por sí mismos, sin
necesitar ayuda de nadie eso fortalece esa amistad o ese coleguismo entre dos
personas.
Esto
supone la garantía de que si uno cae enfermo o necesita algún que otro cuidado,
pueden ayudarse mutuamente, de ahí lo de la diferencia de edad debería ser
sobre los 12/15 años, eso da pie para muchas ayudas y cosas en común, pasear,
acompañar a la consulta al médico, no sentirse solo en casa, entre otras.
La
base fundamental de convivencia siempre debe ser de confianza mutua, sin
tapujos y lejos muy lejos de cualquier carga o parentesco con la familia. Pues
como se ha dicho antes, el que se encuentra en esta u otra situación familiar,
es porque carece de familia y ésta o no quiere o se ha desentendido de sus
obligaciones.
Lamentable,
muy lamentable tener que recurrir en la que llamamos la tercera edad a estos
recursos, pero la vida no siempre sonríe a todos por igual pero existe una
norma vital, es la dignidad y el orgullo natural de cualquier ser humano de
querer valerse por sí mismo; esta es una forma, y muy digna por cierto.
Como
se puede observar, el colaborar no siempre cuesta dinero, existen formulas para
ello, esta que aquí se explica es una de ellas, la mas cómoda y solidaria donde
las haya, no solamente sabe a dónde va su donativo o su colaboración, sino que
participa de él.
Es por lo
que deseo y espero conseguir crear un sitio donde recoger peticiones de este
tipo, por lo tanto espero a partir del próximo 1º de enero de 2016 ponerlo en
las redes sociales donde empezare a pedir colaboradores para construir y
formalizar legalmente esta idea.
No es nada fácil conseguir que profesionales
y personas de cualquier tipo y condición social, quieran o puedan prestarse a colaborar
con esta idea tan inusual, a la que voy a llamar:
Buscando un colega o un
amigo
Para
ello cuento con todos Ud. si conocen a alguien que reúna esas condiciones no
duden de ponerse en contacto en esta página. Bien por mensaje privado o
comunicando la situación en el mismo blog o página donde haya tenido acceso a
esta oferta solidaria.
También
recuerde que formar un grupo forma parte de la idea de este solitario amigo, el
cual lo propone de corazón, no con ánimo de formar pareja, eso se lo dejo a
otros. Aquí solo se trata de sobrevivir lo mas cómodamente en compañía de un
amigo o amiga. Eso sí, si se compenetran en la forma y manera de convivir bajo
el mismo techo.
Se debe
tener presente que incluso, en el seno de una familia de lo más normal, la convivencia
a veces se hace insoportable, no todo es oro lo que reluce.
Por eso
esta idea me entusiasma y estoy dispuesto llevarla a cabo, eso sí espero contar
con su ayuda y colaboración. Moral en todos los aspectos y económica si lo
creen conveniente para conservar esta página o blog desde donde podemos estar en
comunicación.
¿Qué hacer entonces?
Esa es la cuestión: Qué hacer con esa pequeña parte de la población jubilada; la
que menciono anteriormente, La formula, la cual no pueden por determinados
motivos los que pueden acogerse, que si no reciben alguna colaboración se ven
abocados a la prácticamente indigencia, mejor dicho en la puta calle. No es
porque ellos quieran, es simplemente, porque las ayudas sociales a ellos no les
llegan, no les llegan porque sus ingresos son insuficientes para llegar a fin
de mes; Estos son los de las pensiones mínimas, pensiones de en este año de 2016 asciende a la cantidad de 636.-€
si se mira fríamente es una cantidad pequeña pero suficiente. Con ella no te
mueres de hambre; pues puedes pagarte una habitación en cualquier sitio, en un
rincón cualquiera hasta el día que te llegue la hora final.
No se va a discutir, si esa situación es culpa de
ellos o del rosario la aurora, eso no viene a cuento, se trata de que esa
persona, jubilada, ha tenido y posiblemente continúe teniendo su habitual
vivienda en que antes de jubilarse tenía otro tipo de ingresos con los cuales
podía paliar todos los gastos de esa casa, en la mayoría de los casos a veces
con la pequeña pensión aportada por su compañera, o compañero; según caso esa
pequeña ayuda consistía en una pequeña pensión de 420.-€. Eso les daba margen
para humildemente vivir en libertad sin tener que recurrir a nadie, cubriendo
todos los gastos, como he dicho antes, de vez en cuando tomarse un café o una
cerveza en el bar más cercano con los conocidos y comprarse algo de ropa en los
chinos.
Pero qué ocurre si uno de los dos falla, la
cosa suele ponerse fea, no puede llegar a fin de mes con los gastos que esa
vivienda acarrea, y además esa persona empieza a sentirse sola y desamparada.
Eso por descontado que es lo peor. Para eso no existen ayudas de ningún tipo
nadie las tiene previstas. Romper con las costumbres habituales de una persona,
te deja fuera de juego, y si además careces de familia dispuesta a ayudarte, como sería lo lógico
pues mucho peor.
La última opción
Como
última opción, para casos de estos y similares, no se puede decir que los
gobiernos abandonen a este tipo de colectivos ni mucho menos, no quiero decir
eso, aunque en cierto modo solo les proporcionan un techo donde carecen de una
escasa autonomía propia, no es lo mismo tu casa que un alberge para viejos,
donde cada día ves desfilar algún coche fúnebre.
Esta
opción siempre se piensa cuando se es joven, pero puede que cambie cuando se
acerca la edad de jubilación; es cuando sueles ver un futuro más incierto,
además de ver que estarás en la más absoluta soledad, en muchas ocasiones se
piensa uno; a mí eso no me pasara.
Bueno son pensamientos que pueden cumplirse o
no, eso depende muchas veces de ti mismo de la forma de vida que has llevado.
Eso nadie puede preverlo.
Como
toda idea o proyecto, esta también tiene su opción bien podía llamarse la parte
conflictiva de intereses; que ocurre los dos disponen de su vivienda habitual y
a la cual no pueden hacer frente a todos los gastos ninguno de los dos.
Además está
el empadronamiento, en ese caso quien se dispone a marchar de su vivienda
habitual. En casos como esos no creo importe mucho pues la solución es obvia,
se elige la mejor, la mas cómoda y la que reúna mejores requisitos de comodidad
y favorezca los intereses de ambos.
Claro
uno de los dos no le queda más remedio que abandonar su vivienda de toda la
vida, volver a ella una vez abandonada es más difícil el volver. Eso si ambos
la tienen; en cambio si uno de los dos está en la calle no existe problema alguno,
pues si no cuaja el invento, el volver a la calle no es ningún problema,
La propuesta
Bueno esta es mi propuesta: Ignoro el impacto
social que tendrá, espero que bueno. No obstante desde esta página pido ayuda
humana para que me asesoren y guíen en este proyecto. Sobre todo si una persona
desea y puede ceder un local en Barcelona que es donde yo resido, también personas
profesionales que deseen ofrecer colaboración profesional, principalmente
abogados y similares. Pues no descarto ampliar la tirada a otros campos; eso sí
de forma altruista pueden ser personas jubiladas o en activo.
Vuelvo a recordar que esta idea es gratuita totalmente, sus donativos si creen que pueden ser de utilidad van directamente a las personas que Uds. mismos elijan.
Otra cosa
es el mantenimiento de esta página, esta será solo por inscripción como colaborador
voluntario, pudiéndose dar de baja en el momento que lo desee.
La cuota a
pagar será mínima se expondrá sobre consulta preliminar según el grado de colaboración
y de sus miembros, una vez establecida la sede de esta idea.